Aceites transgénicos

Olivas del Parlamento Andaluz

Olivas en el Parlamento Andaluz. La Política y el Olivar separadas por una valla.

Como ya he comentado en otras entradas, el aceite de oliva vive rodeado de unas campañas, cuanto menos raras, que una y otra vez pronostican su hundimiento. Unas veces por los cultivos de terceros países, otras veces por el cambio climático y otras por la aparición de «nuevos aceites» procedentes de semillas con “nuevas características” saludables.

En este caso me centraré en los “nuevos aceites» saludables. Estos “nuevos aceites» ya nacen con el estigma de su procedencia, que hará que los consumidores no crean a pies juntillas sus propiedades “saludables”. Y es que el binomio transgénico/saludable, por más que las grandes multinacionales lo intenten , no convence a nadie. Simplemente comparando la sensación que las ideas ecológico/saludable y transgénico/saludable producen en nuestra cabeza podemos ver que esta estrategia de marketing no va bien encaminada.

Empezó esta historia de los aceites «alto oleico»  hace años con las semillas del girasol, y ahora estamos viviendo la introducción del producto de manera descarada bajo la denominación de “aceite de girasol alto oleico”. Es fácil encontrar en publicaciones su procedencia transgénica, pero la industria productora lo niega una y otra vez, a sabiendas de que es una publicidad que no le conviene.

El segundo envite viene de mano de la soja. Un cultivo que está haciendo un daño irreparable en América del Sur, donde la desregulación es aún mayor que en Europa.

Tras su desembarco en Argentina y en Brasil, está siendo responsable de la desaparición de gran parte de los bosques primarios de éstos países. Devorando más de 70.000 km2 en los últimos tres años en Brasil y 200.000 hectáreas al año en Argentina. Las condiciones laborales y sociales son deplorables en éstos países, generándose nuevas formas de esclavitud.

Vemos que la forma de cultivo de la soja  poco o nada tiene que ver, ni ecológica ni socialmente, con el cultivo del olivar.

Ecológicamente, a pesar de los problemas de pérdida de suelo que sufrimos en nuestros olivares, vemos como año tras año se va incrementando el uso de cubiertas vegetales y como, año a año, crece la superficie de olivar en producción ecológica.  Además de ser un freno para el desierto en las zonas de la provincia que están amenazadas por éste problema.

Laboralmente, el olivar siempre ha sido calificado como un cultivo social, por la gran cantidad de jornales que genera, repartiendo parte de sus beneficios entre la población que lo rodea. Nada que ver con las condiciones infrahumanas a las que se somete al trabajador en las grandes plantaciones de América del Sur.

El artículo que llamó mi atención en éste tema fue: “Olive Oil’s Biggest Problem”, en The Olive Oil Times. En éste artículo se nos avisa que en poco tiempo el 75% de los alimentos que consumamos vendrán de cultivos transgénicos y que la soja modificada genéticamente tiene las características saludables del aceite de oliva, por su alto contenido en ácido oleico.

Y es que las modificaciones genéticas que se han introducido en éste cultivo, aparte de incrementar el contenido en ácido oleico y disminuir el contenido en ácidos grasos saturados y linoleicos, también la hacen resistente al herbicida glifosato.

Parte del marketing de éstos «nuevos aceites» se basa en su comparación con el aceite de oliva, haciendo buena la expresión  popular de : «Algo tendrá el agua, cuando la bendicen.»

La amenaza de este cultivo no viene, bajo mi punto de vista, de las supuestas propiedades saludables. Ya que como sabemos, aparte del ácido oleico, presente en nuestros aceites lampantes, las propiedades saludables del aceite de oliva vienen de los cientos de compuestos fenólicos y vitaminas presentes en nuestros aceites vírgenes y vírgenes extras.

Tras tanta modificación genética e investigación sólo estarían acercándose a la composición de los aceites de oliva de menos calidad y para ello, debido a las modificaciones genéticas introducidas, no sabemos si generando posibles efectos secundarios perniciosos para la salud.

Para muestra la Ley HR 933, que en Estados Unidos  niega autoridad a las cortes federales para cesar inmediatamente la plantación y venta de cosechas transgénicas al margen de que resulten un riesgo para los consumidores, dejando el asunto en manos de las grandes multinacionales.

En 2012 la Comisión Europea dio luz verde a la implantación y a la elaboración para uso alimentario y para producir piensos a cuatro tipos de soja modificada genéticamente: Las sojas OGM 40-3-2 y MON87701 de Monsanto, la A5547 de Bayer y la 356043 de Pioneer. Lo que significa que este  tipo de alimentos están entrando en la cadena alimentaria por la puerta de atrás a través  de la alimentación animal.

Por ello, la batalla debe darse en el campo del etiquetado. Éstos aceites transgénicos han de ir correctamente etiquetados al llegar a las estanterías de los supermercados para que el consumidor sea consciente de lo que consume. Para ello, desde 1998 existe un  Reglamento Europeo que obliga a etiquetar los ingredientes derivados de soja o maíz transgénico. Éste Reglamento obliga a etiquetar estos productos bajo el epígrafe: “producido a partir de soja/maíz modificado genéticamente”.

No nos vaya a pasar como en el caso del aceite de girasol alto oleico, en que la confusión generada por las multinacionales es tal, que el consumidor no sabe si es producto de manipulación genética o no.

Porque para el consumidor la elección hay que dejarla muy clara: O se consume un zumo de fruta, que aparte del ácido oleico, obtiene sus propiedades saludables de cientos de compuestos fenólicos y vitaminas o se consumen aceites procedentes de  plantas modificadas genéticamente, que son capaces de resistir uno de los herbicidas más potentes que existen y que sus propiedades «saludables» sólo son comparables a los aceites de oliva refinados, que por el camino han perdido vitaminas y compuestos fenólicos que aportan gran parte de su acción beneficiosa para la salud.

8 pensamientos en “Aceites transgénicos

  1. Que la soja tránsgenica sea o no un cultivo social o «verde» poco importa aquí a efectos de la competencia que supone para el AOVE. Que yo sepa, solo Europa ha entablado una guerra contra los transgénicos…el resto del mundo los consume. Que la soja, canola y otros transgénicos son mucho más baratos en el supermercado..sin duda ¡¡ y la gente los compra y mucho. Mi conclusión: mejor, así paramos la burbuja que se está creando entorno al AOVE, que prefiero siga siendo un producto sano y «cultural» muy ligado al mediterraneo y su cocina. la explosión del consumo del aceite de Oliva solo nos va a perjudicar a los productores tradicionales y va camino de convertirse en un commodity…que es lo peor que le podría ocurrir a un producto así.

    • El factor ecológico y el consumo responsable cada vez tienen más fuerza entre los consumidores europeos, porque cada vez la ciudadanía está más concienciada con que hay que proteger el medio ambiente, ya que al final, es lo único que tenemos. No es lo mismo consumir un producto respetuoso con el medio ambiente y con las personas, que un producto que destruye los bosques y abusa de los trabajadores.
      La gente compra los transgénicos porque no se etiquetan. Además cada vez tienen peor prensa y la presión ciudadana contra ellos es mayor. De hecho Monsanto hace poco que anunció que se retiraba de Europa, a pesar de que tiene el beneplácito de muchos gobiernos como el español que cultiva el 90% del maíz transgénico de Europa.
      En cuanto a la explosión de la producción de AOVE, no lo veo yo tan claro, y el consumo aumenta a la misma velocidad, por lo que no creo que llegue a ser una commodity.
      Lo que sí es cierto es que es un producto mediterráneo y que dentro del valor cultural que tú dices, está la forma de cultivarlo que supone un valor añadido para el producto. Eso es lo que hay que trasladar al consumidor desde mi punto de vista.

      • que un zumo lleve el sello ecológico no significa ni que sea de comercio justo, ni respetuoso con el medio ambiente.

      • Totalmente de acuerdo contigo, ya lo comento en el post » Desmontando tópicos en torno al olivar ecológico». Pero, generalmente, lo ecológico es más respetuoso con el medio y más beneficoso para éste que el convencional.
        Gracias por tu aportación.

  2. Canola me dijeron que es una cemilla venenosa y que parece la habian modificado, el maiz que es trangenico, en pruebas de laboratorio, result ratas gordas, y deformes, y el de olive que lo han fabricado sinteticamente, como sabremos que es original, o bueno, al ser bombardeados con publicidad, corporative, que la cosa es vender a lo loco.

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